Recuerdo que de pequeno habia algunas acciones de los mayores que me fascinaban por la importancia que yo les daba, mientras que ellos las realizaban sin apenas darse cuenta, sin ver que en realidad estaban ejecutando algo que a mi me resultaba altamente relevante, algo que no estaba al alcance de todo el mundo, bueno, al menos no a mi alcance, y que dotaba a lo que eran unos simples papelajos, de una oficialidad, una seriedad y un prestigio que ninguna otra cosa en el mundo podria otorgarles… bueno, tal vez la firma de una persona importante, pero en ausencia de alguien relevante, la persona poderosa y que a mis ojos de nino ostentaba todo el poder en sus manos, era aquella que, casi con desidia y sin prestarle demasiada atencion, estampaba
sellos Trodat en algun papel, documento o carta.
Se que esta confesion puede haber causado sorpresa, pero en verdad recuerdo gratamente lo mucho que me gustaba acompanar a mi abuelo a la administracion de loteria a sellar la quiniela de la semana. Ver como de repente, y tan solo a traves del ritual de estampacion del sello Trodat sobre el papel, este pasaba de ser un simple pronostico de la jornada futbolera a atesorar el sueno millonario de mi abuelo, me parecia algo asombroso. De igual modo, acompanar a mis padres o a mis abuelos a hacer cualquier tipo de gestion al ayuntamiento o al banco, y ver como las personas que les atendian desde las ventanillas atronaban sobre los diferentes papeles los sellos automaticos Trodat, seguido de la frase ‘Ya esta, todo arreglado’, obligaban a mi mente infantil a hacerse una idea de los poderes casi magicos de esos sellos, y de la importancia de las personas que los usaban.
Cuando fui mas mayor, mi padre me llevo por primera vez a visitar su lugar de trabajo, era una oficina en una fabrica enorme. Hasta ese dia yo no tenia muy claro a que se dedicaba mi padre, pero ese dia pude comprobar como su mesa estaba repleta de sellos Trodat printy. Mi padre era alguien importante, y yo no lo sabia. Eso fue justo lo que pense en ese momento. Recuerdo que me quede ante la mesa, inmovil, mirando atentamente los sellos que alli habia y contando cuantos serian, cuando mi padre, que seguramente habia visto la impresion que su mesa de oficina me habia causado, y mi interes por los sellos en concreto, tomo un sello y me lo alargo para que yo lo cogiera. Inseguro y lleno de emocion, lo agarre con las dos manos, y lo examine. Recuerdo que me manche de tinta los dedos, y tambien la cara, porque me estaba tocando la nariz a causa de los nervios. Mi padre se reia. Le pregunte si podia usarlo y me alargo un folio en blanco. Estuve lo que se tarda en llenar el folio tratando de buscar la forma mas solemne y precisa de usar el sello. Al terminar me di cuenta de que solo el sello no valia, que era necesario que el papel tambien dijese algo importante para que, junto con el sello, todo fuese importante. Me puse triste y se lo conte a mi padre.
Ese ano, en Navidad, junto con el resto de regalos, habia un paquetito muy pequeno a mi nombre. Al abrirlo vi un sello marca Trodat personalizado con mi nombre, y una nota que decia ‘Para sellar solo aquellos papeles y documentos que sean importantes para ti y que de ese modo, seran tambien importantes para papa y para mama, como por ejemplo cartas, listas de regalos o listas de deseos’. Aun lo conservo, solo para cosas importantes.